Desde finales del 2012 hasta mediados del 2014 me encontré en situación de desempleo. Al principio no te das mucha cuenta de lo que está sucediendo en tu vida, sobre todo en mi caso que coincidió con las navidades y tuve la compañía de familiares y amigos con los que compartí aquellos primeros días de vacaciones forzadas.
Pero cuando pasa esa primera etapa y todo el mundo vuelve a su rutina te encuentras en una situación cuanto menos desagradable. Después dejar a mi hijo en el colegio, realizar los quehaceres domésticos que mi mujer me encomendaba y echar cientos de currículos, unas veces por internet y otras “a puerta fría”, llega una hora del día en la que te preguntas: ¿y ahora que?. Y ahí se te viene el mundo encima. Me imagino que los deportistas lo tendrán más fácil, rellenando ese tiempo con diversas actividades físicas. Pero ese no era mi caso, y rellené el tiempo con mucha lectura, algo de tele, un poco de cocina y escribiendo. Esta última afición consumió mucho tiempo, ya que las redes sociales me ofrecían la oportunidad de realizar muchas críticas, sociales, económicas o políticas que aunque muy poca gente leía me llenaban bastante.
Y fue así como, para rellenar el tiempo que me sobraba, me decidí a escribir una pequeña historia. No tenía muy claro de que, así que empecé a escribir lo que se me venía hasta que aquello fue cogiendo forma. Pero aquel era un proyecto de “ratos libres” y poco a poco, gracias a Dios, aquellos ratos fueron faltando. Así que aquella historieta quedó sin acabar. Aunque tenía la idea en la cabeza los últimos capítulos nunca los desarrollé, pero como escribí el final (iba a “trompicones”) quien quiera podrá leerlo y con su imaginación rellenar los huecos.
Espero de quien se atreva a leerlo que no sea muy crítico, ya que aquello fue para lo que fue, y el motivo de publicarlo no es mas que me da pena de que se pudra en un disco duro (puede a quien le guste y todo).
Ahí va:
Tirar piedras al agua (versión PDF)
Tirar piedras al agua (versión EPUB)
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